terapias-populares 2015-03-28 15:13:46
Agua de mar; la medicina de los pobres
La pregunta es: ¿ha tomado alguna vez usted agua de mar, que no sea en una oportunidad que en la playa una ola lo revolcara unos metros, y la ingiriera accidentalmente?
Hasta 1980, en Francia, el agua de mar era recetada por la seguridad social. Ya desde las épocas de la Primera Guerra Mundial, el biólogo galo René Quinton había probado sus beneficios para la salud humana, y en El Cairo, tras una mortal plaga que diezmó la ciudad y causó escasez de medicinas, se utilizó como bebida rehidratante y hasta como plasma para las transfusiones sanguíneas.
En los últimos 30 años, los grandes laboratorios farmacéuticos han intentado que esta solución para la salud sea minimizada y hasta satanizada. En las naciones desarrolladas han relegado al agua de mar a la función de regadío de plantas (con éxito, debido a las sales y minerales que contiene), y es común ver también ahora en algunos distritos capitalinos a cisternas recogiéndola para regar los parques. Los campos de golf tienen la lozanía que muestran gracias al agua de mar.
Es un complemento ideal para la dieta. Mezclada una tercera parte con otras dos de agua potable, un poco de stevia (edulcorante natural), y añadiéndole jugo de limón o naranja, es una bebida refrescante y curativa. Reduce el abdomen, desecha las jaquecas, desinflama músculos y tendones afectados por la artritis y la gota, equilibra la presión arterial y limpia el colon.
En España, hay barcos que la obtienen mar adentro, más pura aún, y es embotellada para venderse. Si uno la recoge en la costa, solo debe esperar una noche a que a oscuras mueran los zooplancton, filtrarla y está lista para tomar.
Un reciente congreso realizado en nuestro país, con asistencia de destacados estudiosos y científicos de distintas nacionalidades (entre ellos el español Adrián Cabrera y la argentina Graciela Sandoval), concluyó que dado que el agua de mar contiene toda la tabla de elementos químicos necesarios para el organismo humano, es la solución mundial para la desnutrición, así como para curar diversas patologías.
Uno de los impulsores de su uso en el Perú, el físico y docente universitario Walter Pérez Terrel, junto con el biólogo tesista José Luis Garagatti, de la Universidad Agraria, vienen proponiendo que el Congreso apruebe una ley para que el agua de mar sea reconocida como medicina natural, y se obtenga y envase con todos los requisitos sanitarios. Hay un referente en Nicaragua, donde esto ya es ley, y hasta en Colombia, donde se usa para la cocina y también para la elaboración de bebidas como la cerveza.
Fuente: Javier Alejandro Ramos PERIODISTA